viernes, 2 de enero de 2015

"Consigue fotos únicas de tus hijos. Captura el recuerdo de cada día".

Dejé de comprar revistas de fotografía por culpa de los títulos grandilocuentes y exagerados: "Consigue paisajes espectaculares", "De inepto fotográfico a profesional en una semana", "Retratos que harán palidecer a Richard Avedon", "HDR profesional", "Fotografía macro que hará que seas la envidia de tus siete seguidores en Facebook", "Blanco y negro que te mueres, ¡o sea!", "Fotografía nocturna y lighpainting espectacular en dos tardes"... Me harté de no encontrar nada tras títulos demasiado hinchados: mucho lirili y poco lerele, blufs en toda regla que no saciaban ni de lejos mis ganas de aprender.

Esa tirria que siento por los títulos exagerados que se quedan en nada fue lo que me echó para atrás cuando vi el libro "Consigue fotos únicas de tus hijos. Captura el recuerdo de cada día". Es el tipo de título que me da alergia, pero como ahora tengo cámara y churrumbel, aposté y gané...

Es un libro escrito por Gerardo García y editado por FotoRuta. Son 152 páginas en un cómodo formato cuadrado muy manejable y fácil de llevar (15cm x 16cm), y el precio es lo suficientemente barato como para asumir el riesgo de volver a encontrarte con una nadería y no perder demasiado (9,90€ en FNAC).  



© FotoRuta/Gerardo García

Lo mejor del libro son las fotografías del autor: fotos realmente buenas, alejadas de las fotos ñoñas que solemos asociar con los niños. Fotos expresivas, en blanco y negro, en algunos casos muy contrastadas, que van más allá, nada obvias, a veces con recortes muy dramáticos, usando el espacio negativo, con viñeteos muy marcados, psicológicas, mostrando mucho más de lo evidente... Sólo por las fotos ya merece la pena, y además te servirán de inspiración si quieres hacer algo con sustancia.

El autor nos da una pinceladas de historia de la fotografía, explica cómo ponernos a la altura del niño, pasar desapercibidos, no buscar el posado, actitudes ante el "modelo", cómo aprovechar la luz, acercarse, seleccionar, abstraerse, saber cuándo dejarlo, "cazar" o "pescar"... Aunque muy bien llevada y muy útil, la parte dedicada a cómo fotografiar a los niños ocupa muy poco con relación a todo el volumen (la fotografía de niños tampoco da tanto de sí como para escribir un tomo de 1500 páginas, ¿no?). Por eso, el libro está lleno de perlitas que todo aficionado o principiante avispado reconocerá como de suma importancia para evolucionar fotográficamente: los tipos de luz, composición, encuadre, velocidades de obturación, disparar poco, previsualizar... Hay unas páginas que me han llamado la atención sobremanera, y son las dedicadas a la importancia de conocer a los clásicos, la Historia del Arte, dotarse de una cultura iconográfica... Las referencias a fotógrafos clásicos abundan, y eso es algo que me ha gustado muchísimo.

Seguro que conocéis cantidad de casos: "aficionados" que "afotan" sin ningún tipo de criterio o referencia, que disparan para tomar la enésima foto repetida hasta la náusea... "Fotógrafos" de paisaje que no conocen a Ansel Adams, quien quiere fotografiar modelos sin saber quién es Helmut Newton... No solo por una cuestión de aprendizaje, sino por disfrutar viendo fotos, hay que ver buena fotografía, leer buenos libros e ir a buenas exposiciones y, lamentablemente, un elevadísimo porcentaje de "llevadores de cámaras" ni siquiera disfrutan viendo buena fotografía: la inmensa mayoría de los "fotógrafos" no ha abierto un libro ni pisado una exposición en su vida (no valen las de los compis). Alguien al que le guste la música podrá nombrar sus músicos favoritos (Sarah Vaughn, Prokofiev, Turina, Camarón, Los Locos, Bach...), a quien le guste el fútbol seguro podrá citar un montón de jugadores (yo no, porque no me gusta...). Es en la fotografía el único ámbito donde nos podemos encontrar con aficionados que "afotan" sin tener ni idea de autores, sin conocer fotos históricas y sin cultura visual... Pues bien, este librito me ha sorprendido muy gratamente porque, además de explicar cómo fotografiar niños, se mete en ese berenjenal de explicar que hay algo "más allá". 

Tanto si quieres mejorar sacando fotos a tu prole como si quieres leer consejos cargados de sentido común, este es un libro fantástico (siempre y cuando lo leas "buceando" y con criterio). Si vas más allá, verás que fotografiar tiernos infantes es sólo la punta del iceberg, y si eres listo, podrás aplicar lo explicado en él a muchos otros tipos de fotografía.

Yo ya me camuflo y ejerzo de francotirador con mi hija. Cómo no, las fotos que vayan saliendo las iré publicando aquí.


...et in Arcadia ego.
© David Valdés